ARQUEOLOGIA LUCIANA DEBE SER RESCATADA



Publicación Revista Sendero, Febrero  de 1976.
Por Alfredo Morán Aguilar.

 

                Siempre nos hemos sentidos preocupados por la suerte de la Arqueología diseminada en la extensión maravillosa que lo constituye nuestra región Cotzumalguapa.

          Indiscutiblemente nos encontramos rodeados de un tesoro que muchos departamentos quisieran para sí, pero desafortunadamente, en nuestro medio la indiferencia con que tomamos nuestros problemas nos han colocado entre los pueblos atrasados, en lo que se refiere a su arqueología. Se hace necesario pues, una mayor preocupación por parte de los Lucianos, para que se logre rescatar ese patrimonio de nuestros antepasados, ya sean  Cakchiqueles, Mayas u Olmecas; debemos fijar nuestra mirada, nuestro pensamiento en la grandeza que poseemos, pues siendo unos de los más grandes valores culturales, nuestra obligación es resguardarlos del deterioro de la rapiña voraz que en otros lugares han diezmado esta misma riqueza.  

Pero vamos a ser sinceros. Hasta el momento nadie ha querido hacerse cargo de este problema. Se formó un comité el cual, por asuntos de poca voluntad, se desintegró ipso facto, y todo porque  desafortunadamente la comprensión cundió en todo momento y los intereses políticos se abrieron paso, terminando así con el bello sueño que de ser realidad, estaríamos gozando todos, no sólo de su verdadero significado, sino también de sus granjerías y satisfacciones, puesto que el pueblo Luciano tuviera ya su museo y veríamos desfilar rumbo a nuestros lugares arqueológicos miles de seres intercontinentales y desde luego, de la América del sur y norte.  ¿Pero qué pasó?, fue todo una llamarada de tusas, como se dice vulgarmente. Se habló, mejor dicho, se prometió algo, y nunca se llevó a feliz término. Un anhelo hecho de polvo  de estrellas que nunca fructificó por un mal entendido o por mala voluntad entre sus miembros. La verdad es que nadie quiso jalar la carreta como era debido, y todo quedo en planes. Debemos recordar que en cierta oportunidad, cuando se pensó en dicho Monumento, la mayoría ilusoriamente pensaba construir un señor Museo como de Q. 200,000.00 –o quizás más-, pero el que esto escribe les dijo que era mucho lujo, puesto que dicha cantidad sería muy difícil de reunir. Nuestros amigos insistieron de tal manera y tenían tanta seguridad en el éxito, que nos fuimos de bruces. Yo todavía les dije que mejor comenzáramos con algo pequeño, y que conforme el tiempo y las posibilidades, entonces nos echaríamos  al vuelo; y como pueden ver ustedes, amables lectores, ya nada se hizo y todo quedó en sueños. A mi criterio, ahora toca a la Municipalidad tomar las riendas de este asunto para que remodelen, como se dijo anteriormente, el viejo edificio  donde antes se encontraba Telégrafos y allí darle posada definitivamente a nuestra arqueología. Creo que con una buena voluntad, bien se puede hacer, y según nos lo ha comunicado don Ramiro Arriola, están haciendo la dirigencias  pertinentes para dicho Museo sea una realidad dentro de poco, y ojalá que no se quede nuevamente en planes porque desde hace ratos se oye decir eso y nada de ópera. Amén.

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